No siempre amo con un amor del bueno como me gustaría. Me imagino que a vosotros también os pasará. Puede dar corte reconocerlo, pero es la realidad.
En ocasiones somos débiles, nos dejamos llevar por otras cosas, permitimos que el cansancio y el orgullo sean más fuertes, en definitiva, no amamos como estamos llamados a amar. Tenemos defectos y hacemos cosas mal. No todos nuestros fallos son simples errores de cálculo, ni iban todos con buena intención, como escribí en «”No me arrepiento de nada” y otros faroles».
Vulnerabilidad y coherencia
Me ha parecido interesante aclarar esto porque en ocasiones me da la sensación —por comentarios o mensajes a raíz de alguno de los posts del blog o en Instagram— de que alguien puede pensar que yo vivo al pie de la letra lo que escribo. Y no es siempre así. ¡Ya me gustaría!
«Pero, entonces, ¡esto es incoherencia!»
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