Un conflicto es una situación en la cual dos o más personas con intereses diferentes entran en unas confrontaciones, posiciones o comprenden acciones mutuamente antagonistas, con el objetivo del mismo dañar o eliminar a la parte rival, incluso cuando tal confrontación sea verbal, para lograr así la consecución a menudo extrema o por lo menos nacionalista en relación a objetivos considerados de importancia o incluso urgencia, el conflicto genera problemas, tanto a los directamente que son, involucrados o a personas externas no involucradas en el conflicto.
La autorregulación es la que permite identificar el presente inmediato, ya sea, un dolor muscular, un pensamiento rumiante, una emoción negativa, etcétera, es decir, permite reconocer los conflictos, y, de esta manera, poder regularlos, y mitigar sus efectos. Nuestros comportamientos en ocasiones se, pueden tener formas de rabietas, golpes y gritos. Ninguno de nosotros ha nacido sabiendo cómo y, lo que se debe hacer para controlar las emociones y los niños, necesitarán un tiempo para poder así aprenderlo. La frustración de esto puede hacerles vulnerables. La autorregulación no se trata de no, sentir. Hay investigaciones que demuestran que la capacidad de autorregularse es un fuerte sobre uno mismo predictor del éxito académico. La alta emoción y las rabietas no son una señal de malas crianzas o de que tus hijos son malos. Es importante que te centres en tu hijo y en sus emociones.